Michael Mooron
No me pude resistir y por fin me decidí a mirar Farenheit 9/11, el "documental" más reciente de Michael Moore. Una vez terminado, confirmé mis sospechas. Este filme ha resultado en una transgresión directa al séptimo arte, al disfrazar de documental un vil clip de propaganda política.Es perceptible la oscura intención de forzar argumentos, de estilizar fundamentos, de aislar hipótesis, a final de cuentas, de desprestigiar al rival sin dar cabida a cualquier réplica. Y no debe pasar desapercibido el apoyo incondicional de Moore a Howard Dean en las internas del Partido Demócrata, ni la premier del filme en Washington a la cual se invitó solamente a la militancia de susodicho partido.
Michael Moore, desde que se apareció a recibir su Óscar por Bowling for Columbine, está muerto como documentalista genuino y está vivito, absurdamente, como ideólogo. Me recuerda a Sergei Einsenstein, aquel cineasta ruso pro-soviético que por su comunión con la ideología de la muerte roja, se dedicó a servir al politburó dirigiendo filmes cargados excesiva y descaradamente de marxismo-leninismo.
Más de una persona que haya visto esta cinta comparte la idea de que es única en su tipo, y tienen razón: es el primer anuncio de mercadotecnia política que el público tiene que pagar por ver.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home