domingo, abril 03, 2005

Juan Pablo II


Tema obligado: el previsible fallecimiento de Karol Wojtyla. Las contribuciones de este Papa a la forma que ha tomado el mundo a finales del siglo XX son cuantiosas en muchísimos tipos y aspectos. Uno de ellos, el cual considero uno de sus mayores legados, fue su corajudo apoyo a las causas de la libertad [primero en Polonia, después en el mundo entero].

Karol Wojtyla no aprendió el terror del totalirismo en los libros. Una vez nombrado Papa, tenía las suficientes vivencias para criticar cómo los totalitarismos gemelos de nuestra época [fascismo y comunismo] eran laureados por los "intelectuales" como el destino inevitable y la promesa del futuro. En Polonia probó ambos, y aún así no se intimidó; esta experiencia daría forma a su papado, resultando en su convicción de que la verdad moral tiene sus propias legiones.

En su primera visita a su país natal, que duró nueve días, al menos un cuarto de la totalidad de la población tuvo oportunidad de verle y escucharle. Marx nos advirtió que la religión es el opio de los pueblos, pero en esta ocasión, no tuvo efecto sedativo alguno en los polacos; al contrario, su visita fue como una epifanía para la nación que habría de rechazar prontamente la futilidad del comunismo. Y asimismo, cual efecto de epidemia, se fue acrecentando la cantidad de naciones reacias al control soviético hasta la caída de la cortina de hierro. Y porque hasta el día de hoy algunas naciones aún padecen la restricción de libertades básicas, tales como esas sucursales del siglo XX llamadas Cuba, Myanmar y Norcorea, Juan Pablo II no vivió para observar detenidamente esta gloriosa consumación.

Recordemos, tal como lo hice en alguna entrada anterior de Los Dardanelos Inc., que en 1981 tres de las más prominentes figuras políticas en el mundo fueron víctimas de atentados terroristas: Ronald Reagan, Anwar Sadat y Juan Pablo II. Definitivamente, la historia hubiera tomado otro rumbo si Sadat no hubiera sido el único asesinado en esos intentos.

Un poeta antaño redactó el siguiente verso: "Una flama rescatada de la madera seca no tiene peso alguno en su vuelo luminoso, pero carga la pesada oscuridad de la noche". Ese poeta llegó a ser Juan Pablo II.

Addendum:

"What does Fidel Castro know that many American liberals don't seem ever to have understood about Pope John Paul II? That's something worth asking as the dictator in Havana issued a personal statement of condolence and has allowed his people three days to mourn, three days to publicly act like a normal society amid a social structure otherwise built on fear. Although he has much to account for, it is wrong to say Castro trembles--as a Polish dictator once visibly did--before this pope. But by allowing a papal visit to Cuba in 1998, Castro revealed that even he could not deny the power of the papacy. This is the legacy of John Paul--that moral capital is a lever that can pry up the edges of even the most repressive regimes and plant seeds of hope." -Brendan Miniter on The Wall Street Journal

"En el cuarto de siglo de su pontificado, el mundo no se acercó a su mensaje. Todo lo contrario. Se alejó constantemente de él en su vida cotidiana. En su manera de entender la familia, el amor, la sexualidad, la ciencia. Y no es que el clima de estos tiempos sea antirreligioso. No es que la modernidad haya vuelto a la humanidad escéptica y distante de la fe. Lejos de esas suposiciones, estos tiempos son tiempos de búsquedas espirituales. Como ha escrito recientemente el sociólogo español Manuel Castells, no se vive hoy una crisis de religiosidad sino, propiamente, una crisis del catolicismo. La crisis se presenta sobre todo en su cuna, en Europa, en donde todas las encuestas muestran, por una parte, el renacimiento de los valores religiosos y, por la otra, el alejamiento de los templos, los ritos y la persuasiones del catolicismo. La inmensa popularidad de Juan Pablo II no hizo popular a su mensaje. La apuesta de Juan Pablo II: anclar su iglesia en la tradición y cerrar las puertas al presente fue, tal vez, una apuesta perdedora: el mundo de hoy tolera mal las imposiciones a la libertad individual. " -Jesús Silva-Herzog Márquez en Reforma

"John Paul II's most lasting legacy to Catholicism will come from the episcopal appointments he made. In order to have been named a bishop, a priest must have been seen to be absolutely opposed to masturbation, premarital sex, birth control (including condoms used to prevent the spread of AIDS), abortion, divorce, homosexual relations, married priests, female priests and any hint of Marxism. It is nearly impossible to find men who subscribe wholeheartedly to this entire catalogue of certitudes; as a result the ranks of the episcopate are filled with mindless sycophants and intellectual incompetents. " -Thomas Cahill on The New York Times