Cartel
Antier durante todo el día se plantó un negro afuera de nuestra misión diplomática a vender sodas enlatadas. Es la primera vez que sucede tal evento. La infraestructura de su noble changarro consistía en una silla plegadiza á-la-walmart y unos cuantos six-packs de refresco barato enfriados con hielo sucio en un cajón de plástico de esos que se usan para almacenar múltiples chingaderas. El señor estuvo ahí sentado, con el sol de frente, durante aproximadamente seis horas, el tiempo de mayor concurrencia de paisanos. Su siniestra presencia sacudió la cotidianeidad de la plantilla consular, promoviendo innumerables porqués. En cuestión de minutos el tema había sido enterrado entre bostezos sabor thai, hasta que una voz poco sensata se acercó desde el último cubículo para apostarnos a todos que ese "pinche negro es seguramente de la DEA, y sólo estuvo observando que no se acercara ningún pezgordo que pensara salir cuanto antes del país... ya ven que acaban de capturar al tigrillo".Momentos después de haber terminado la hora de atención al público, esperó escasos treinta minutos más y después se puso de pie. No vendió nada. Hizo una llamada en su celular y en un santiamén llegó por el una camioneta oscura de rines negros y tres antenas. Ya son tres días y no ha regresado.
5 Comments:
¿de qué eran los six-packs? Han de haber sido delicias como Shasta o member´s choice.
"Very suspicious" ... ¡creo que el de la apuesta tiene razón! [¿delirio de persecusión¡? maybe]
Prietos...dea...droga, falta un low rider y puedes duetar con Ludacris.
Grand Theft Auto
Y sigue sin volver.
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